viernes, 9 de enero de 2009

Capítulo 1; La Nueva

Estaba oscuro y hacía mucho frío. Los alumnos de la Académia Spenser estaban en sus respectivas habitaciones, demasiado frío para deambular por los pasillos pensaban. El sonido del viento deslizándose entre los árboles iba acompañado de otro inusual, un sonido más humano. Eran pasos.
Una chica de unos diecisiete años con pelo castaño y ojos azules a la luz de la luna caminaba por los pasillos con una maleta en cada mano. Giraba la cabeza cada vez que llegaba a una puerta buscando algo: el número de habitación. Entonces sucedió. Un ruido aún más fuera de lo normal conjelo el pasillo.
-¡Devuélvemelo! -el eco resonó por todo el pasillo.
Un muchacho de pelo castaño empezó a correr por el pasillo con algo en la mano, otro le seguía corriendo. La chica, que no quería ser vista, se escondió tras una esquina. Al rato el primer muchacho pasó corriendo y giró la esquina sin verla.
Los pasos se alejaban del alcance de la chica, que suspiró aliviada hasta que la cogieron dos fuertes manos.
-¡Te cogí! -la cara de un muchacho de pelo negro sonriendo surgió de la nada.
-¿Qué haces? ¡Suéltame! -gritaba ella.
-Ehm, perdona, esto... Creía que eras otra persona... ¿Has visto a un muchacho correr?
- ... -la chica no respondió.
-Bueno, encantado, me llamo Ricardo y... ¡Gracias! -dijo irónico mientrás se alejaba.
La chica, asustada, siguió buscando su habitación hasta encontrarla. La puerta era antigua y estaba gastada, cuando la abrió hizo un ruido muy molesto.
-¿Qué narices? -se quejó una muchacha desde dentro.
-Siento molestar, soy nueva y... mi habitación... -tartamudeó la chica.
-¡Ah! Así que tu eres Gaty Wenham, ¿nerviosa en tu primer día? -preguntó la muchacha.
-Pués... bastante -sonrió ella.
-Mi nombre es Katie Parry, soy tu compañera de habitación y... ¡Puff! -bufó al ver la hora.- Son las tres y media... ahora no podré dormirme, y eso que es sábado y no hay que madrugar.
Las dos chicas estuvieron conociendose mientras Gaty guardaba todo lo que había traído en su armario. La habitación tenía dos camas, dos mesillas, dos armarios y una amplia ventana. Después de charlar un rato surgió un tema interesante.
-Por cierto, esta noche hay una fiesta en la playa. Es un poco... ilegal, pero van todos los tios buenos de la Académia. ¿Vendrás no?
-Mujer... no conozco a nadie y...
-¡Por eso has de ir, conoceras gente y te irá bien!
Cuando ya amaneció salieron a dar una vuelta por la Académia, devido a que era sábado estaba desierta, únicamente algun alumno repasaba en la biblioteca. El día pasó rápido, el pueblo estaba habitado casi únicamente por adolescentes de 17 años, como ellas. Cuando atardecía decidieron ir a cambiarse de ropa para la fiesta a su habitación.

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