sábado, 10 de enero de 2009

Capítulo 2; La Fiesta

Katie y Gaty ya estaban preparadas para ir a la fiesta. No llevaban ropa de gala ni mucho menos, algo que les quedara bien, y encima una sudadera para no pasar frío. Katie se recojió el pelo,
Gaty en cambio lo llevaba suelto. Las dos salieron de la Académia y se dirijieron a la parada de autobuses, otro grupo de gente también esperaba. El autobus era francamente rápido, en tres paradas y ya estaban en la costa.
-Ven, es por aquí, o eso creo -dijo Katie.
Por entre los arbústos que predecían a la playa se podía oir el ruido de decenas de voces, el ruido del fuego, el agradable oleaje de una playa. Cuando las dos muchachas entraron vislumbraron una playa en penumbra iluminada por la luz de unas enormes fogatas, coches aparcados por todas partes y un buen número de gente.
-Ven, que te voy a presentar a... mira, ese de allí es Albert -dijo señalando a uno.
-Ehm, de acuerdo
-Y ese es...
-¿Quién es aquel? -interrumpió Gaty señalando a un muchacho de pelo negro.
-Ese... -Katie lo buscó con la mirada.- Es Ricardo Danvers, los de su lado son Croid Garwin, Markus Collins y Jack Parry. Son... ''inseparables'' por decirlo así. Los hijos de Ipswich -bufó Katie.
La dos chicas estuvieron charlando con algunos invitados a la fiesta y Gaty empezó a darse a conocer. Las dos se sentaron al lado de una hogera y estuvieron charlando hasta que alguien les interrumpió.
-¿Una cerveza? -dijo un voz desde atras.
-¡Croid!, que alegría verte, mira, ella es Gaty Wenham. Es nueva en la Académia.
-Encantado, ¡Ricardo, Markus, Jack, venid o os traigo yo! -gritó el muchacho.
Tres chicos de unos 17 años se fueron aproximando desde distintos luares de la fiesta. Uno tenía un largo pelo rubio, se presentó como Jack. Otro un pelo marrón algo rizado, él era Markus. Y por último, el muchacho que Gaty ya conocía y no hacía falta presentarse, Ricardo.
-Oye... ¿tu no eres la chica del otro día? -le preguntó.
-Sí... esto, era nueva... estaba algo nerviosa... siento no haberte respondido.
-¡Bah! Olvídalo y disfruta de la fiesta.
Los chicos se estuvieron presentando y charlando con ambas muchachas. A katie ya la conocían pero a Gaty no. La noche fue muy corta, sobre todo porque algo la interrumpió.
-¡La policia! -gritó un muchacho desde lejos, el gritó se propagó por todos los presentes.
Los chicos y chicas empezaron a correr a sus respectivos coches. Katie había conseguido que las llevara un compañero suyo de clase que llevaba el coche sin gente. Pero Gaty estaba más preocupada por otra cosa.
-¿Donde están los chicos de antes? -preguntó a Katie.
-Se habran ido... -justo cuando acabó la frase un coche paró a su lado.
-¿Os subis? -dijo el conducto, era Ricardo.
-Ya nos lleva Robert, pero gracias -dijo Katie.
-Bueno, nosotros nos vamos. ¡Que no os pillen! -se despidió dandole al acelerador.
Dentro de ese coche iban Ricardo, Markus, Jack y Croid. El coche se dirijió a un bosque que había cerca de la costa y le siguió un coche de la policía. Siguieron acelerando y llegaron a un banco de niebla, frente a ellos un acantilado tapada por la niebla e invisible a sus ojos.
-Allí había un acantilado ¿no? -preguntó Markus.
-Tenemos que usarlos Ricardo... sólo saldrá bien si lo hacemos los cuatro -anunció Jack.
-Está bien, preparaos.
Cuando el coche llegó al acantilado los ojos de los muchachos se tornaron negros y una llamarada de fuego se vió reflejada en ellos. Los policías derraparon para no caer. Después de un rato, cuando creían que los muchachos habían muerto un coche apareció del cielo y cayó tras el coche de policía. En la ventanilla se podían ver a los cuatro adolescentes sonriendo. Pusieron marcha atrás y desaparecieron entre la niebla ante los policías que los miraban asombrados.

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